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— 564 — este amor por beneficios sin cuento que nos hace. Las de- mas ideas de Dios se ocultan 4 nuestro entendimiento, por ser todas inefables 6 incomprensibles , y no podemos cono- cerlas, si El no se digna reveldrnoslas: pero esta de que nos ama, nosla demuestra infaliblemente la ldgica, y nos la confirman las obras mismas de Dios. La sana filosofia dice lo que dijo San Pablo en el aredpago de Atenas : en Dios vivimos , en El nos movemos , en El somos (A). _ No hay, pues, para qué preguntar quién sera el hombre més grande entre los demas: dicho esta, que este es, el que més perfectamente delinee en sus pensamientos y obras la vida de Dios : Dios est4 amando siempre asus criaturas, y_ haciéndolas siempre, todo,el bien que ellas pueden recibir: — luego el hombre més grande del mundo no es:el conquista- dor que, como Alejandro. Magno, subyuga medio mundo, pues para-hacerlo, ha cubierto la tierra de luto: ni el que, como el mismo, regale 4 sus amigos muchos millones de riquezas, pues para ejecutar sus donaciones, ha empobre- ~ cido 4 muchos millares de hombres; ni. tampoco-lo sera el. audaz guerrero; que-reduce 4 un niimero. insignificante gjércitos poderosos, por tener el antojo de trepar por ¢a- ‘minos de osos y de corzas. El hombre verdaderamente geabde serd siempre el que més desinteresadamente ame 4 los hombres, y més bienes _ les reparta. El que tenga deseos de ser grande, empiece por cumplir con aquel precepto que ordena amar 4 Dios sobre todas las cosas, y al prdjimo como4 si mismo, y siga po- niendo en practica lo que entraiia este precepto. La gran- deza del hombre esté en imitar4 Dios; el mds perfecto imi- tador de Dios, es el que mejor ame 4 los hombres, y mas benéfico sea para con ellos. Esta grandeza esté encerrada en la beneficencia cristiana , como lo veremos ahora. (1) Actor. cap. XVII. v. 28, é
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