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El gran Patriarea, padre de la Virgen. Entre las muchas naciones que poblaban la tierra, dos mil afios despues de la creacion del mundo, apénas habia una, en la cual pudiese complacerse el cielo, porque todas en general se habian olvidado de Dios, y eran pocos los hombres que le servian. Pero Dios, que velaba con provi- dencia sapientfsima por el cumplimiento de lo que habia prometido solemnemente 4 Adan en el Paraiso, asf como tuvo fieles servidores en los Patriarcas antediluvianos , “g en los hijos y descendientes inmediatos del gran Noé, con- servador de la estirpe humana en el cataclismo’ universal, asf tambien, cuando estos estaban proximos 4 extinguirse, quiso no solo que sus siervos fieles no faltasen en la socie- dad humana, sino que determiné formar la nacion y- el pueblo , en euyo seno habia de ser conocido y adorado, y de cuya sangre habia =~ venir el deseado de me naciones y su excelsa Madre, ~ Con este fin, inant ol siglo vigésimo primero del mundo, dirigié su voz al mds preclaro de los descendien- tes de los patriarcas ante y posdiluvianos, dandole 6r- den para que saliese de su tierra, de su casa, de casade _ stpadre y de su parentela, y fuese 4 la tierra que él le mostraria, pues lo tenia destinado 4 ser padre de un gran pueblo, y haria que en su semilla fuesen bendecidas todas las naciones del mundo (1). Este hombre feliz, 4 quien Dios llam6é amigo suyo , y 4 quien dijo que él era su protector y que su recompensa serfa grande, era Abrahan. Este Pa-_ triarca dié un largo viaje desde Ur de los Caldeos hasta las riberas del Jordan, y de aquf, acosado por el hambre, bajé 4 Egipto, despues pasé 4 Gerara, y habiendo ido adqui- (4) Gen. cap. XII. v. 4. 2, 3.

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