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= mete un pecado , dice, es siervo del pecado (1). Y de esta servidumbre habla tambien san Pablo, cuando dice 4 los fie- les , que son libres por la libertad que Cristo les ha dado (2). Tambien hay una santa esclavitud , que hace al hombre tanto mas libre, cuanto élesmds siervo;decuyanobleservidum- bre habla el mismo Apéstol, al decir que las armas de nues- | tra milicia no son carnales, sino. poderosisimas en Dios para reducir d cautiverio todo. ere nan que obedezca & Cristo,(8).. a Y por cierto, que ha habido y fet en. ie diction hombres i grandes y aventajados, inteligencias sublimes y de vuelos 4 mds répidos que los del 4guila, que se glorfan de su servi- 3 dumbre, como de una cosa la mas preciosa que pueda dar- 1 seles. Ahi nos sale al frente, entre muchos.miles, el gran Obispo de Hipona, en quien no se sabe qué admirar, mds, si la sublimidad de su talento y la dlovasion de sus ideas, 6 la humildad de su servidumbre. - * Hay sentencias en ese hombre,. " ainiandeince: lla- mar el dguila real de las inteligencias africanas, que la filosofia moderna, independiente y ampulosa, no. tie- ne capacidad moral para comprender; porque ella, que se proclama libre, no puede entender, .cémo cabe Ja es- clavitud del entendimiento en un Rombic eminente. Sin embargo, la verdad es que el hijo de Tagaste se gloria # de ser siervo de la autoridad y esclavo de la. Iglesia: y de tal manera se llama esclavo de esta autoridad , que alin afi e no daria crédito 4 un Evangelio, si no le mo- vies@ ello la autoridad. de la glesia. - 4Qué me importa 4 mf, queria decir el gran sania » que un Evangelio lleve el epfgrafe de Juan 6 de Mateo, que venga comentado por Aquila, Simaco, 6 Teodocion, vi Or{- genes? Si no habla la Iglesia, diciendo que ella declara, como maestra dela verdad , que aquel Evangelio es genui- (1) Joan, cap. VIII. v. 14. (2) G@alat. cap. IV. v. 31. (8) 2.5 Cor. cap. X. vi 5.