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Una de las cualidades més relevantes del espiritu hu- mano es, el tener una capacidad muy extensa para la per- feccion, 4 la cual tiene una tendencia natural, y 4 cuyo logro se encaminan todos los deseos de 1a voluntad. El en- _ cadeniamiento de este espfritu de un modo fisico es im- posible; porque uno de los dones mayores que ha recibido del Criador, es su propia libertad natural, dela cual el sen- tido {ntimo, que cada uno tiene, le esta dando testimonioi in- cesantemente. {Qué admirable ‘es este esptvita en su accion! aba camina de objeto en objeto! jcémo corre! jcémo vue- la!’ Ahora sube 4 viajar por entre el ejército de astros, que matizan como flores de oro esa techumbre azulada del cielo: ahora penetra por las profundidades de latierra, hasta dar con el punto céntrico de la gravedad: despues se sumer- ge en los mares, & ver como juguetean alld, en los mas cén- cavos senos del Océano, los leviatanes de las aguas salobres: despues va 4 recorrer los valles, 108: montes, los campos, el mundo, y conversa'¢on vivos , con muertos , ‘con comba- ‘tientes; con vencidos, con vencedores, sin que nadie lo pueda. detener. ; Qué detener! Si aun cuanidd el cuerpo esta tendido en suave lecho, entregado 4 suefio placido y profun- do, anda todavia ‘el espiritu viajando’ por el mundo, y en- contréndose’ entre emperai y reyes unas veces » entre sabiosy filésofos otras, entre selvas y flores aqui, entre combates y batalla: pavorosas alli. 4Quién puede encade-. narlo, coartarlo, detenerlo, hacerlo esclavo? Nadie. | Pero hay una esclavitud moral, que el espfritu puede pc nerse 4 sf mismo , circunscribiéndose 4 un cierto efrculo de hierro, del cual no sale nunca, lo que por cierto es una desgracia para el hombre. Que hay una esclavitud nefasta ‘parael espiritu, es fuera de toda duda, y la razon de ella nos la da Jesucristo con su sabiduria divina: todo el que co-

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