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Fundy , en la América inglesa del Norte , que suele llegar 4 setenta piés: pues bien, divididos estos setenta piés entre seis horas, le toca subir en cada hora 4 razon de once piés y unas ocho lineas, medida de Burgos. Por consiguiente, fun admitiendo que en el mar Rojo hubiese las mareas de Fandy , todavfa hubiera tenido tiempo para salvarse la ma- yor parte del ejército de Faraon, y solo hubiera perecido una parte, la del centro, pero nunca la vanguardia ni la re- taguardia : aquella hubiera ido subiendo hacia la Arabia, y esta hacia el Egipto, 4 no ser que digamos que fueron los egipcios heridos de estupidez, 6 que quisieron aiperne aho- gar en presencia de sus enemigos, No era por cierto este el dnimo, con que iban en pos de los Israelitas: pero y eso aqué lmoporigbe 4 los detractores de la revelacion , que en sus grandes cenatas brindaban - cada noche 4 los nuevos descubrimientos, que hacia la ra- zon humana, para demostrar que la inspiracion de Moisés al escribir sus libros, era una suposicion gratuita? Empe- fiados en-llevar pinlathc esta empresa, era necesario no parar mientes, ni en contradicciones, ni en injusticias: todo el relato de Moisés se echaba por tierra con publicar, que los historiadores antiguos nada dicen del suceso, no obs- _ tante que lo cuente Diodoro de Sicilia (4); con decir que eran aquellos Israelitas unos esttipidos, los egipcios unos ineptos, y Moisés un buen jugador de manos. Asi reparten gracias 4 los hombres esos buenos sefiores. No hay que ex- traiar mucho, por tanto , que uno de estos fildsofos , que sabia cuaén benignos eran, él y sus hermanos en filosoffa, para repartir gracias al mundo, dijese al fin , que si éste es- tuviese gobernado por filésofos, valdria mds vivir entre — tigres , que entre hombres. Por desgracia, sefiores , nos ha tocado 4 nosotros, los hombres de las presentes generaciones, el reparto de estas gracias filosdficas: y si, para mayor desgracia , continuan (4) Libro 3. cap. IIT. baatii ak ie

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