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“feliz! Habeis preferido que fuera escla- va del mundo, antes que esposa de “Cristo y reina del cielo; y perdí mi reino... y soy esclava... esclava con las duras cadenas que me labraron ustedes. Que Dios os perdone, como os perdona vuestga desventurada... EmiLta.,, Al leer yo la última palabra de la carta, me eché á llorar, mis tios no po- dian contener la desesperacion que bullia en sus pechos, y uno empezó á culpar al otro de la desgracia de Emi- lia. Ninguno quería ser el causante de la desdicha de su hija, y la verdad es que los dos lo fueron. Ella echa las cargas á él, y él áella, y así andan siempre riñendo. PwPs para que á mí.no me pase eso, - —exclamó D.* Fernanda algun tanto conmovida—yo declaro terminante- mente que no quiero causar la desgra- cia de mis hijos; si alguna quiere ser rd religiosa, por mí no quedará. La relacion de Flora habia surtido efecto; Agustin miró á Inés, se acor- - ds de ¿ le” LS AA 1 A EEN E y 3% ME ÓR pr, Y : ; 4 : L : rió pa - Ñ > e E E h TAS e e adicós de YYs A a A ei" o e e! e Qs