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; A qe A. Pa pS partinas, que mas tarde floreció por su virtud en Santa Inés de Sevilla: no fal- taron Paquita la de Pilas, ni Teresa la de Cala; y por no estar alli Amparo de Valencina y su amiguita Trini, no vió aquel dia á sus pies la Virgen del Loreto á las dos betas mas virtuosas . y bellas de toda la comarca. Todas ellas poseian grandes virtu- des mezcladas de pequeños defectos, defectos que el mundo malvado saca- ba á relucir para desprestigiar la vir- tud. El mundo, demasiado compla- ciente con las que siguen sus torcidas sendas, se mostraba intolerante con ellas, como se muestra siempre con toda persona verdaderamente devo- ta. Porque ellas despreciaban á los hombres, estos les exigian que fueran ángeles del cielo; y porque aspiraban á la perfeccion cristiana, el mundo no podia tolerarles ni perdonarles ningun defecto, como silos defectos fueran inseparables de la mísera condicion humana! Ni la piadosa Inés, con ser la que era, pudo escapar libre de la mor- dacidad del mundo; pero ella se go-