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e > rÓS “se retiró para hacer á solas una comu- nion espiritual, segun le prevenia el reglamento que con todo escrúpulo observaba: Carmen, la hija mayor de casa, salió á juntarse con las criadas y las hijas de los colonos, que tramaban aquella noche una conspiracion contra su ama: y Jacinto habia empuñado ya su guitarra, y rasqueaba de firme sen- tado entre los rosales de la huerta. Solo Agustin y su esposa permane- cian en el cenador, porque hasta Fer- nandin habia salido fuera, jugando con el perro. De repente paró el rasquea- do de la guitarra y se oyó la voz de Jacinto vibrante y sonora, que lanzaba al aire esta copla. » ' » A - e LES ez + Y o Mis encantos son las flores, á ¡ diversion la guitarra, $ mis placeres mayores AS Remediar una desgracia. q 4 ss ma Una salva de aplausos estalló en la s puerta del jardin, antes que Jacinto a terminara la última nota. Eran los tra- a bajadores de la quinta, que unidos á 86 a o 7, ; mn

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