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En esto entraban en la' ula 3d: Ade las criadas afanosas, por orden de la Señora, preparaban la mesa para la cena debajo del emparrado. Al verlos entrar hicieron á suamo un saludo respetuoso, y enviaron una dulce son- risa á la Amante de la virginidad: así llamaban á Ines. CAPITULO IV, La prision: Cuadro de costumbres andaluzas. Diez minutos despues, se hallaba la familia de Agustin reunida en el ce- nador de las parras, situado en medio del jardin: allí comian en santa paz la esquisita caza que Jacinto habia cogi- do aquella misma mañana en el soto de arriba. Agustin llenaba las copas de un vino mas oloroso quel de Montilla, y su esposa separaba de su plato el pedazo más tierno de una liebre para E IES el menor de Sus hijos. Ñ Terminada la a de gracias, cada mochuelo voló á su olivo: Inés o EN CS a * ebal A lA ia e Ly uE
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