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: A RT - —Pues entonces tú serás la causa de que la chica se empeñe en ello. Si SE 00 antes le enamoraban sus monjas por EE Tas cariciasy regalos que le prodiga- a ban, al verse ahora contrariada y mal- 28 tratada en su casa, deseará perderla de vista para volvere al convento. El .4 único modo que hay de arraigar en Ml. -€lla la mania religiosa es que te tome pór un mal cristiano que quieres qui- 5 tarle su vocacion y sus ideas religiosas; “8 porque entonces aborrecerá la casa y 8 estará siempre suspirando por el con- a vento. ¿AR y Aquí conoció el marido que su mu- E? jer tenia razon, y que el procedimien- to por él empleado habia sido contra- producente, Entonces comenzó á de- Cir en su interior: Esto se llama ir por ÉS 7 lana y sgir trasquilado. Bueno, en ade- lante emplearé otro método: que haga 2 lo que quiera. 4 0 2 DA. Fernanda que leia estas refle- LS BS xiones en elsemblante de su espo- 2 sOy terminó diciéndole: Vaya, quédate - tramquilo, y déjala soñar con sus mon- jas, que yo cuidaré de ella. E e Ss dl sE » w y ¿ A E, A de O A A + (4 5 tn A a Y . » e, A Da E z qe. E 7 A, a d . 0 e b Ñ a v Ae $ 5 pr w dá sl PM Ke