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ye GoE para despedir. á José; pero alla, O con ese instinto propio del corazon de una Madre, notó en su semblante una de cosa que nadie más que Inés habia BA. notado. Vaya José—le dijo —no estés triste, hijo mio, que esta ausencia es EY cosa de quince ó veinte dias: Cuando teibas á estudiar no te ponias tran tris- Eee te como ahora; qué te pasa? q —Nada, mamá, que como quiero á E V. tánto me da pena separarme. he La condesa, al oir esto, tuvo que be: hacerse bastante viólencia para no dar un beso á su hijo delante de la gente. a Y despues añadió sonriéndose. $ — Vamos, no seas niño, que pargos A que vas para no volver. e — Y quién sabe? quién sabe si no == volveré? >» Esto lo dijo José entre dientes á f tiempo que se apartaba de su madre ¿para saludar á Jacinto que llegaba en- $ toftes; así fué que la condesa no hizo caso de ello. de Entre tanto llegó la hora de la mar- ! cha y la ronca voz del silbato se con- fundia con el eco de la campana de la 14
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