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o Hay escondida en el fondo del co- pe razon humano una pasion misteriosa, que en determinadas ocasiones se de- Y sarrolla y crece, como crece y se de- sarrolla el grano plantado en las en- el trañas de la tierra, cuando la lluvia lo fertiliza y el sol lo calienta. Esta pa- e. sion es la del amor, indiferente en sí misma; pero noble ó vil, angelical ó diabólica segun la cosa que ama y se- > gun la manera de amarla. Esta pasion e tiene un objeto santo y grandioso, cual es la propagacion del género hu- mano sobre la tierra, y hácia él se di- rige con gran ímpetu y vehemencia, arrastrando cuanto encuentra al paso, e: á manera de corriente arrebatada ó de Do, rio desbordado que salió de su cáuce. 3 Por eso es necesario de toda 1ecesi- dad, encauzar á esa pasion y ponerle fuertes diques en los años de la júven- tud, si no queremos. que arrastre ha- cia el abismo la inocencia, la virtud, el honor, la vida, el cuerpo y el alma de los jóvenes inexpertos. Esta pasion comienza á desarrollarse, apenas lle- gamos á la edad de la pubertad, y en- . mit