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—14-—- taba malísimamente el ver que su hija habia salido del convento inclinada á la vida religiosa. La madre se deleita- ba oyéndola contar los propósitos que traia, y el plan de vida que habia de adoptar: acostarse temprano y ma- drugar mucho, para hacer media hora de oracion y oir misa por las maña- nas; rezar el rosario por la tarde con las criadas, para enseñarlas á ser bue- nas; y por la noche recogerse pronto para hacer examen de conciencia y otra media horita de oracion: y luego, echándose al cuello de su madre y ha- blándole muy bajito al oido, añadia que observaria ese método, mientras estuviera en casa, porque ella tenia el firme propósito de ser religiosa. Esto, dicho en un tono confidente y en me- dio de mil besos y caricias, embelesa- ba á D.” Fernanda que acababa siem- pre abrazando ásu hija y diciéndole con el tono mas alto del entusiasmo y del cariño: Eres un angell Vida mia! Cielo mio! El padre, por el contrario, cada vez que observaba aquellas confidencias