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CAPITULO X. La tentacion vencida. ] Brillantísimos fueron los exámenes que hicieron Jacinto y José en la uni- versidad matritense, donde obtuvie- ron el erado y la borla de doctor en leyes, entre el aplauso y los parabie- nes de sus condiscípulos. Volvieron pues los dos jóvenes á Sevilla carga- dos de laureles y triunfos literarios, capaces de envanecer y llenar de sa- - tsfaccioná sus familias. La primera di- ligencia de la condesa, cuando llegó el ce hijo 4su casa, fué aconsejarle como buena madre que hiciera una semana ó diez días de ejercicios espirituales bajo la direccion de su director (que €fa un padre Jesuita) ya para purificarse de las inmundicias universitarias, si algu- na habia contraido, ya tambien para prepararse con ellos á entrar en pose- sion de las riquezas paternas y del tí- tulo de conde que ella queria otor- e varle. E g p y 4 FAS lo : E ; E : AS E £ A , % e > Se y OR E , » t e DES E E a ; az ¿ : FA ó ge. q A O " ¿ele P ha p