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17 ñ los montes de los profundós arcaños, y dé alli desciende 4 ella la hermosura, y el vigor en el exercicio de las Santas virtudes. Conoz ciolo asi Er, Josef; y asi puntualmente lo expe. rimentó.- Diose tanto 4 laSanta practica de la oracion, que podemos decir, que siempre estaba orando: en todo tiempo, en todo lugar se veia recogido, religioso, y mortificado: de aquí sacaba la mas profunda humildad, acredi. tada en muchos encuentros de la vida humana; de aqui el discernimiento para elegir siempre lomas justo; de aquí su religiosa circunspec= cion en la Iglesia, en las oficinas del Convento, y en todo lugar; de aqui el trato tan amable para con todos, siendo de genialidad aspera, y desapacible. Su silencio era admirable; y si al- guna .vez le era preciso hablar, eran sus pala] bras maduras, con voz baxa, y llenas de amor de Dios, que mas bien parecian soliloquios de quien oraba, que no expresiones de quien ha- blaba. Portabase en el manejo de sus respectij vos encargos de tal modo,que estos no le impe- dian el estar siempre en la presencia del Se: ñor, manifestandolo en lo fervoroso de sus pa labras, y admirables consejos epiricuales que á aba