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— 67 — . vida, que. el patriarca Abrahan en lo mas consumado y he- réico de la suya, esperé ver aquella ciudad permanente, que tiene en Dios sus cimientos, y triunfa gloriosa en los'cielos despues de haber combatido contra sus enemigos en la tierra. (1) , No llega el entendimiento angélico & abiisisnder la in- mobilidad con que el Corazon de Maria se unié con el Verbo divino, que habia de venir 4 redimirnos, pues fué tan instanténea su creacion como su santificacion y eleva- cion & Dios por la fé, la esperanza y la caridad. Con el conocimiento claro y distinto de cuanto se debe creer, que poseia de una manera inconcebible, se apoderé de su alma un deseo flagrante y un afecto piadoso de la venida del Salvador, (2) no habiendo esperado & respirar este aire comun para sentir en su corazon estos ardores, pues aun cuando estaba encerrada en el seno materno, se elevaba acia Dios con actos libres y meritorios. (3) Y si al empezar 4 vivir fué tan ardiente .y fervorosa la esperanza que tuvo Maria de ver realizadas las premesas divinas. ;Cuan indecibles incrementos no tuyo en su cora- zon esta virtud hasta el instante en que se efectud el mis- terio de'la encarnacion? ;Cuanto no se aumenté hasta que no vid subir 4 su Hijo triunfante 4 los viele’, y ella misma los franqueé mas tarde acompafiada de todos los fngeles, para, recibir la corona debida 4 su maternidad, humildad y (1) ‘Flagrans desiderium et pie expectationis affect us erat de Salva- toris adventu in Maria (Diy. Bern. Serm. 2 in Cant.) (2) Expectabat enim fnndamenta habentem civitatem, cujus artifex et conditor Deus. (Cap. 10. 'v. 10.) (8) Licet in utero materno dormiret. corpus, anima ejus libero ac meritorio actu tendebat in Deum, [Divi. Bern, Sen. Tom.2. serm, 71,)

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