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SLE ; ; Es la fe para las almas lo que las alas para los p4jaros: porque asi como cuanto mayores son en estos las alas, mas vuelan hacia las nubes, asi cuanto es mas grande y mas viva la fe de aquellas, con mas fuerza y vehemencia vuelan 4 Dios. Cuando los patriarcas vivian en la tierra, habia mu- chas ciudades lenas de vanidad y placeres: Mas ellos siem- pre miraban 4 la ciudad indestructible del cielo cuyo artifi- ce es Dios. (1) AFECTOS. O corazon admirable de Marfa, ciudad de Dios, alcdzar y corte del Rey de los siglos ;Porqué no he de tener yo siempre fijas en ti mis miradas? Hay en ti bellezas divinas, placeres celestiales, y encantos inefables, y no pueden contemplarse sin que arrebaten el alma, ni gustarse sin que la embriaguen en el torrente de delicias de la casa de Dios. No miraré yo 4 la tierra, donde no hallo sino hu- mo de vanidad, y estiercol de sensualidad. He hallado mi ciudad de refugio, donde veré cumplidos todos mis deseos, que no son mas que conocer, amar y adorar4 tu Hijo Je- sus. Pero, 6 piadosa Madre, purificame t@ misma cada vez (1) Hebr. cap. 11. v. 10.