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I o0~ ‘esta virtud, ya que era la tinica gue no podria tener ni practicar su divino Hijo, cuya alma unida 4 la naturaleza divina veia intuitivamente & Dios desde el primer momen- to de su ser. (1) Infundiérala Dios esta virtud en el mismo instante que la sacé de la nada, y desde aquel mismo momento empezé Maria 4 practicarla con actos tan feryientes, que superé desde el primero que dirigié al Sefior A euantos patriarcas y justos la habian precedido, y la habian de seguir, y con- siguid en aquel instante tambien Ja mas_ brillante victoria sobre Lucifer, cuyo orgullo estrellé apenas dié el primer paso en su carrera vital: porque en cl instante de su puri- sima Concepcion Dios la infundié una sabiduria profun- disima, revelandola su naturaleza y esencia y los porten- tos que con su yirtud habia de obrar tomando nuestra naturaleza en el seno de una, Virgen, y sugetdindose 4 pa- decer y morir siendo esencialmente impasible 6 inmortal. Y Maria, unida 4 la luz inaccesible cuanto es compatible con la condicion de una pura criatura, y penetrando el pro- fundoabismo de la sabiduria eterna mas allé de lo que pue- den aleanzar los angeles, creyé firmemetite cuanto Dios la manifestaba, y con este acto de fé hollé al que Meno de orgullo no quiso sugetar su entendimiento al de su Oriador: y de este modo fué Maria la que dié principio 4 la obra de la reparacior del linage humano condenado por no haber creido su primera madre 4 las palabras divinas y haber dado asenso 4 las diabdlicas (2). jQué incrementos tan admirables no tomé esta virtud en (1) Christus plene vidit divinam essentiam, per quod totaliter fides excludebatur ab eo. (Div. Thom. 8. P. 8 Queest. 7. art.° 3.° et 4,° (2) Non credidit malier posse se mori; ideo sumpsit de frutu. (Div. August. Lib. 11 de Gen. ad Liter. cap. 30.) 6