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DIA VII. TODO COMO EL PRIMER DIA. MEDITACION. El Corazon de Maria templo de Dios. Tan pronto como el Seiior libré de la esclayitud de Egip- to al pueblo que habia escogido para hacerlo depositario de sus promesas, mandé que se le fabricara un hermoso ta- berndculo, para dar desde ¢1 sus respuestas 4 los Isrealitas y. dlispensarles su proteccion, y recibir los homenages de adoracion debidos 4 su magestad infinita: y cuando este pueblo se establecié en la tierra prometida, quiso, que se le dedicara un templo que fuese la maravilla del mundo, no tanto por las preciosidades sin ntimero que encerraba, y por las. planchas de oro purisimo que cubrian el pavimento y las paredes de su santuario, como porque quiso, Dios elegir- lo y_ santificarlo para que estuyiera alli su nombre para siempre, teniendo fijos en¢! sus ojos, y puesto su corazon en todo tiempo, (1) y prometiendo, que oiria las oraciones de su pueblo, siempre que contrito y humillado se postrase en su presencia, extendiéndose ademas su piedad hasta dar benigna acogidaal extrahgero que viniese 4 adorarlo en aquel lugar, é invocase su nombre grande ¢ incomunicable. (2). ’ (1) Paralip. 2° cap. 7. v. 14, 16. (2) Reg. 8° cap. 8. v. 14.