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worn Of eens tiene tanta intimidad de afecto, que se dan el uno al otro y reciben mutuamente cuanto cada cual puede participar y recibir: Maria viste al sol de justicia del velo de la hu- manidad, y este reviste & su Madre dela gloria de su ma- gestad. (1) Hay ademas en este cielo animado & donde Dios viene 4 vivir, una dicha que no le eupd al mismo empireo; por- que en este al principiar los tiempos se cometié un crimen de rebelion y apostasia, pretendiendo un dngel tomar asiento al lado del altisimo. (2) Mas en el Corazon de Ma- ria no ha podido no solo cometerse, pero, ni aun insinuarse Ja mas ligera falta, por haberlo ocupado todo desde el pri- mer momento de su ser la gracia del Espiritu Santo, ha- ciéndolo impecable y cubriéndolo con su virtud, para que la serpiente antigua no pudiera imprimir en ¢l sus hélitos pestilentes ;Ah! Sabia bien Satands cuand6é cayé del cielo con gran ira, que le restaba poco tiempo en este mundo, (3) para engailar 4 los hombres: y enyidioso de que estos po- seyeran la dicha, que él habia perdido para siempre, se insinudé en sus corazones y los corrompid, haciéndolos par- ticipes de su antiguo crimen y de su misma pena, y com- placiéndose en creer que ni un solo hombre dejaba de que- dar sujeto & su dominio por el pecado. Pero ;O dichade la humanidad! ;O gloria imperecedera de Marfa! Habia Dios preparado para si.un paraiso en el Corazon de esta. Sefio- ra, en el cual no tuvo entrada el veneno del tentador, (4) y (1) Vestis eum substantia ecarnis, et vestiris ab eo gloria sux ma- jestatis. (Div. Bernard: de 12, Stel. cap. 12.) : ; (2) Isai cap. 14. v. 18. (8) Apoe Cap. 12, v. 12, (4) Ad hunc paradisum serpens aditum non habuit. (Div. Damas- cen. Serm, 1° de Nativ. Virg.)

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