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ee a nis 46 si Infinita es, 4 no dudarlo, la diferenci de este cielo ani- mado del que se nos muestra siempre "heft y sereno, adornado de mil y mil estrellas¢que anuncian el poder d el altfsimo: y_ para comprenderlo basta saber, como la f6 nos lo ensefia, que aquel que es el sol de jnsticia, y puso en el firmamento el astro del dia, que nos alumbra, quiso ser en- gendrado en este cielo, para bafiar desde él con su luz in- . deficiente 4 cuantos seres hay en la naturaleza espiritual y ‘racional, (1) sin que tenga ninguno fuerza ni virtud para esconderse de su presencia, ora pretenda encumbrarse so- bre la béveda del empireo, ota descienda 4 la concavidad del infierno, 6 bien se aleje 4 las extremidades del mar, 6 pretenda esconderse entrée las densas- ‘tiniebls «de la mas oscura noche (2) ;Quién podré explicar la puleritud de este cielo, cuando tan solo ]para esplicar la belleza ‘exterior que forma su corona, es preciso entendimiento mas que an- gélico. (3) Los objetos mas Preciosos que ‘resplandecen en- tre los espacios azulados, apenas sirven mas que para un ornato ligero de la que encierra dentro de sf el resplandor de la gloria del Padre; el sol es su manto, la luna su pea- na y las estréllas su diadema, y lejos de adornar estas 4 la augusta frente, ‘reciben con su contacto un resplandor, que antes no tuvieran: porque sale del rostro de Marfa tanta gloria, que hace opaca 4 cualquiera belleza que se le acer- que. ;Ah! En este cielo animado no brilla mas que el que es canded de la eterna luz, con quien el Corazon de Marfa (1) Ccelum istud longe divinius illo est; nam qui in illo condidit, ex par. Nativit.) (2) Psalm. 188. y. 7. 3. 9. (8) Supra nominem est corons bayeh rationem va (Diy Bernard. de Verb. Apos. cap. 12. we hos pie justitie sol oriturus est. (Div. Toan, Damae. ArabAP in Dei- ;