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vié tambien una turba innumerable de almas santas, y exci- t6 en todas tal sorpresa, que la colmaron de bendiciones y alabanzas, Pero jcémo la alababan? Diciendo que no al- canzan sus fuerzas 4 comprender tan inmensa extension de gloria y hermosura, ni encuentran bastantes conceptos pa- ra esplicarla (1). ; : Ni es de estrafiar que toda la congregacion de los justos haya confesado su impotencia para alabar dignamente 4 Maria: porque en el primer instante de su aparicion, ya se levanté arrojando las tinieblas del error, y dando anima- cion y alegria al mundo como una aurora brillante: al po- co descendié sobre ella la virtud del altisimo, y concibid, y engendré y did 4 luz al Hijo de Dios conservando intac- ta su virginidad, dejandose ver mas hermosa que la luna, y recibiendo con toda plenitud la luz del sol de justicia, 4 quien ella vestia del velo de la carne, siendo en pago ves- tida por él de la gloria de su Magestad. (2) Y si bien mientras esta gloria de la maternidad divina estuvo oculta bajo el sombrio velo de esta vida, pasdé entre los hombres sin gloria, siendo conforme en todo 4 su Hijo} que fué co- nocido de pocos como Hijo de Dios, y sufrié por nuestro amor la ignorancia, el desprecio y la oscuridad: mas tan pronto como despues de resucitada triunfante y gloriosa, fué sublimada al trono de gloria al lado desu Hijo, la tierra toda quedé estdtica sin poder mirar ya 4 la escogi- da como el sol, porque los resplandores’ que la rodean des- lumbran4. los débiles mortales. La alabaron si, y la enco- (1) Sancta et immaculata virginitas, quibus te landibus efferam, nescio. Ecclesia Sta. in Off B.. V. Maria. (2). Div. Bernard. Serm. de 12. Stellis.
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