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DIA IV. TODO COMO EL PRIMER DIA. . MEDITACION. El Corazon de Maria santificado por el Hijo. El destino temporal para que Dios habia ordenado la existencia de Maria, es por la naturaleza de las cosas tinico y singular, no pudiendo tener parte en él ningun otro ser criado: porque asi como una sola vez es engendrado el Hi- jo de Dios por un acto eterno del entendimiento del Padre, asi tambien seria engendrado una sola vez en el tiempo en las entrafias castisimas de ésta Virgen, sin que tuviesen parte en esta accion portentosa mas seres que el mismo Dios que tomaba nuestra naturaleza, y la sublime criatura que él habia escogido para que fuera su madre. Mas ;Cudntos y cuan inefables portentos no obra la mano de Dios para que se cumpla en el seno de Maria la union de la naturaleza di- vina & la humanidad? Era el inmenso 4 quien habia de con- cebir, el eterno 4 quien habia de engendrar, el increado 4 quien habia de dar 4 luz, (1) dando ser al mismo que la sa- cara de la nada, encerrando en su corazon al que no cabe en la inmensidad de los cielos, y llevando en sus manos al que contiene en su palma las aguas de los mares, (2) 4 quien (1) Immensum concepit, w#ternum genuit, genitum ante swcula parturivit. (D. Petr. Dam. Ser. de Nativit. Virg.) (2) Isai cap. 40. v. 12,