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— € "* = ; —246— gloria, llamando 4 su cooperacion en esta grande empresa & esta misma Virgen, que le daria el ser humano; mas, conse-» guida ya la victoria sobre el dragon del abismo, abiertas de par en par las puertas de Ja celestial Sion, y conducidas 4 su eterna morada las almas lavadas con la sangre del Cor- dero y salvadas por la intercesion de Marfa, parece que ni el amor de Dios al hombre se deseubriria con toda su grandeza, ni el mismo hombre redimido hallarfa comple- tas las aspiraciones de su corazon, si‘al coronarlo Dios en el cielo por su infinita piedad, no le revelara con toda cla- ridad la naturaleza, las excelencias, los méritos y las vir- tudes de la que, siendo su Madre, no solo le ayudé 4 redi- mirnos, sino que nos engendré en su corazon castisimo 4 la vida de la gracia y 4 los goces de la gloria. {Quién considera lo que es Maria en el érden de la Re- dencion y no se llena de asombro? Al hacerse hombre, lig6 Dios de tal manera sus operaciones 4 la intervencion de. su Madre, que si ella no hubiera consentido en serlo, el hombre no hubiera tenido un Redentor; por lo que, asi como la cooperacion de Maria completa las obras dela gracia en la tierra, su presencia 4 la diestrade su Hijo glorificado viene 4 ser tambien el complemento de la glo- ria de los santos en el cielo. ; Ah! ;Quién veré & Dios om- nimodamente, sin que tenga que mirar al mismo tiempo 4 su Madre? ;Cémo veremos sus atributos, sin mirar la mas perfecta semejanza de ellos en Maria? ;Cémo veremos que Dios es omnipotente é inmenso, sin ver tambien que el mayor prodigio de su omnipotencia se obré al encerrar su inmensidad en el seno de Maria? Al ver intuitivamente la generacion eterna del Hijo en el entendimiento del Pa- dro, y extasiarnos en la contemplacion de este misterio in-