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~ B66 —— 240 nes que ‘tenemos en el Corazon de Maria, es necesario que creamos con fe viva, ¥; pidamos con esperanza cierta: esta fe nos dice que por mas que hayamos estado, enca- denados con miles de pecados, y nos hayamos hecho es- clavos de Lucifer, Marfa nos puede librar de las garras del enemigo, y darnos la libertad de hijos de Dios y su- yos. (1) Tambien nos ensefid la fe que Marfa es la for- taleza de refugio, 4 donde podemos ocudir para salvarnos de la safia infernal de los ministros del infierno, antes que nos echen mano para ejecutar la sentencia del juez en el Gltimo momento de nuestra vida. (2) Sabemos que en. el Corazon de Maria halla perdon el miserable, gracia el ingrato, indulgencia el criminal, fuerza el frégil, el mor- tal la vida y el peregrino la patria. (3) Pero no basta ereer y esperar: es preciso que esta fe vaya acompaiiada dé las obras, y que, aun cuando seamos muy pecadores, hagamos lo posible para hacernos justos y santos, abomi- nando el peéado, llordndolo y acerc&éndonos 4 los santos sacramentos; pues entonces tendremos esperanzas funda- das de conseguir por medio de nuestra Madre los bienes que Dios tiene reservados en su Corazon para los que le aman. No nos engafiemos pues en nuestro modo de obrar: el Corazon de Marfa es el manantial de todas las gracias; pero, para alcanzarlas, es necesario que seamos hijos de esta Madre amorosisima, y empezaremos 4 serlo yerda- (1) Charta liberatis. Div. Ephrem. Or. de Laudib. Virg. (2) Ad omnem cujuscumque modi necessitatem ee est nobis urbs confugii: sinus Marie expansus est. 8. Bern. Ser.9: in Psalm. 99. (3 Per te hereditamus misericordiam miseri, mortales vitam, et patriam peregrinus. Div. August. Serm. de Assumpt.
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