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—225— MAXIMAS. Sit: como nadie, disfrute del_beneficio de la vangh cuerpo, sin que se lo deba 4&su madre natural, asi nadie vive con la vida de la gracia sin que haya sido engendrado 4 ella por una madre en el. érden sobrenatural. El mismo Jesus poco antes de morir, dijo &su_ disefpulo amado que esta madre de la gracia era su propia Madre. El que quie- ra tener por madre 4 Marfa, es preciso que esté junto 4 la cruz: ‘alli oiré decir: ;He ahi d tu Madre! (1) AFECTOS. O Corazon duleisimo de la Madre de Dios y nuestra: los ciudadanos del cielo y los moradores de la tierra, los que nos precedieron, los que son, y los que serdn, tienen fijas en tisus miradas, y se dirigen & ti como la causa de todas las cosas, como al negocio de todos los siglos, como al arca de Dios: aquellos tienen en tisu gozo, y estos su espe- ranza. Por eso te llaman todos bienaventurada, 6 Madre de Dios, Reyna del cielo, Sefiora del mundo; pues en ti hallan los Angeles alegria, los justos gracia y los pecadores perdon para siempre. Con razon te miran todos, porque Dios ha reformado en tilo que crié al principio. Dios te salve, pues, 6 Corazon bendito, que tanto has agradado 4 Dios por la humildad, 4 los 4ngeles por la virginidad y 4 los hombres por la fecundidad. TG eres, 6 Maria, la (1) Joan. cap. 19. y. 27

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