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—294— pensa al justo para que persevere en a servicio del Setior! jCon qué solicitud las aleanza y las envia al pecador, para que, aun en medtode sus extravios, se acuerde que ha sido santifiendo y redimido con la sangre de su Hijo yeengen- drado en’ las entrafias de su amor, y vuelva en si, y se con- vierta, y sea salvo? ‘No tenemos bastante en verdad con un corazon para amar al Sefior y agradecerle este beneficio inmenso que ‘nos ha hecho, d4ndonos por madre 4 su propia Madre. jAh! Los que se condenan, no echen 4 nadie mas que 4 si mis- mos la culpa; porque Dios les ha descubierto en su Madre todos los tesoros de su amor. Nosotros, por tanto, que te- nemos la dicha de ser el objeto de la solicitud maternal de Maria, conduzcimonos para con ella como verdaderos hi- jos, cumpliendo con las obligaciones que contragimos al ser regenerados en las aguas del bautismo, pues en esto consiste la verdadero devocion & Marfa. Detestemos de todo corazon esos libros impudentes, en que los herejes y los impfos publican sus doctrinas infernales contra la Vir- gen sin mancilla, y huyamos de la intimidad de aquellos, que con sus palabras 6 malos ejemplos, nos quieren apar- tar de la devocion tierna y filial, que debemos tener 4 la que llevé en su seno todo el cuerpo mistico de la Iglesia, todo el tiempo que Ilev6 al que es su cabeza (1). (1) Dignissima Virgo singulariter totum mysticum corpus cum vero Christi corpore suo portavit in utero. B. Dyonis Carthus. lib, 4, de Laud. Virg. {