BCCPAM000380-3-12000000000000

—124— ba 4 Maria; pues estaba acostumbrada 4 verlos cada dia y _ & conversar con ellos; (1) sino el haberla querido dar 4 en- tender el paraninfo celestial, que habia en ella escelencias, de que no se creia poseedora, reputéndose al contrario indigna de poseerlas. Conocia Marfa con suma perfeccion - la historia de las mugeres admirables de su pueblo: Sara era bendita, pues en su hijo se refundiera la esperanza de los siglos: (2) Rebeca era célebre Por su mansedum- bre, Raquel por su hermosura, Abigail por su pruden- cia, Bethsabé por stis consejos, Judit por su castidad y por aquella int®epidez que la merecié que el sacerdocio — la proclamase bendita sobre todas las mugeres de la tier- ra, (3) Ester por su fortaleza, sus talentos y su hermosura, y la madre de los Macabeos por su heroismo. Sabia Maria que estas mugeres habian merecido por sus virtudes y gra- cias las bendiciones del ciclo y de la tierra: entre tanto, vefase saludada Mena de gracia y Hamada bendita aun so- bre estas mugeres, que tanto merecieran, y no se creia _ digna de tanto honor; porque se contemplaba 4 si misma “y veia su pequefiez} la sublimidad de Dios y su bondad infinita, y apenas podia dar fé 4 lo as el — lapigs y por esto se turbaba. (4) (1) Ad angelice salutationis voeem expavit cor Virginis et in se ipsa turbata est, non ex aspectu angélico, quasi insolito, quippé pee’ visitabatur ab illis. D. Laur. Justin. Serm. de Annunt. (2) Genes. cap. 18. v. 18. (8) Judit 18. 23. (4) Revolvebat Virgo dnimo siugula Nuntii colestis verba, sequo metiebatur in se, parvitatem suam, Dei altitudinem...... nihilque tanti ordculi dignum sibi inesse cernebat: Consuevit namque humilitas, sicut semper stare sub se, ité difficile accommodare fidem tis, que supra eam esse censentur. (Diy. Laurent. Justin. ibid.)

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz