BCCPAM000380-3-12000000000000
° — 93 — jAh! No merece en cierto modo tanto nuestra admiracion lo mucho que debemos 4 Marfa, como lo que hemos yalido en su corazon, pues quiso perder 4 su Hijo entre los hor- rores de una muerte afrentosa, antes que permitir que nos perdiéramos nosotros entre los horrores de la muerte eter- ng. Y si para que nosotros nos salydéramos, hubiese sido necesario que ella hubiese clavado con sus propias manos 4 su Hijo en la cruz, lo habria hecho con mas fé y mas valor que Abraham. (1) ;Qué dicha es por tanto la de los peca- dores el saber que aquel corazon, que es la morada del Es- piritu santificador, est4 abierto y patente para que ellos en- tren enél, pues la misma Virgen los ha tenido 4 todos dentro de su seno, y los ha pesado en él, y ha valido mas su salud eterna que la vida de su Hijo! ;Habré uno solo que no en- cuentre en este corazon la gracia y la misericordia? Si Judas, que es el mayor de cuantos pecadores ha habido, en vez de arrojarse en los horrores de la desesperacion, hubiese ido 4 postrarse 4 los pies de esta Madre y la hubiese suplicado con humildad, que le aleanzara perdon del horrible delito que habia cometido, despues de haber sido un pecador abo- minable, aun habria hallado misericordiaé indulgencia. Dios ha dado al corazon de Maria una especie de inmensidad, pues despues de entrar en él todos los pecadores, que se salyan, aun hay amor y carifio para cuantos quieran entrar 4 buscarlo, ;Ah! Mi corazon se dilata, al pensar que por ser tan pecador, me ha tenido Marfa en el suyo, y su amor ha sido mi salvacion. (2) No tengamos la desgracia de imi- 1). Ipsa, si oportuisset, pro sulute humani generis propriis manibus Filium cruci affixisset. (Div. Antonin, p, 4. tit. 15, cap. 17.) * (2) Salus omnium ‘per ipsam‘ facta esi} undé et mundi sal‘us dicta est. (Hugo & Sto. Victor. cap. 26. in Cantic.) Sd
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz