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=e iraciones, 108, Hore ala mism » Dios como estatico con- emplando aq mn tan seme} unt e al. de su divino Hijo, cuya p gevRy nok der alizg Dios, y 8 sin seperarse de esta contemplacion, dirige sus mi- radas hacia 1 humanidad, que yé sumida en un abismo de males sirviendo 4 la corrupcion, entregada 4 todo_ vicio. y hee esclava de Satands. jAh! Con qué ‘ojos tan compa- sivos la mira! {Qué suspiros tan tiernos exhala su amante corazon! Pero al mismo tiempo {Con qué vehemencia se do por la humanidad prevaricadora! ;j;Ah! jQuién no com- prende lo que el corazon de esta ag frgen dice al Dios i de infinito amor? Es su voz mas_ poderosa que la de los justos de cuarenta siglos, y tantas instancias hace porque ie se ‘rasguen. los cielos y despidan al justo, que al. fin consi- " “gue que toda carne vea la salud de Dios, (1) y sea atraida x la Sabiduria eterna con los suspiros y lagrimas de esta Virgen, que sin cesar la decia que diese ya 4 la humanidad aquel dsculo de amor y union inseparable, que la habia prometido. (2) » : : Inmensa es con esto la deuda de la linen ited 4 la Vir- gen Marfa: pero ;quién puede comprender lo que pasa des- de aquel momento en el corazon de esta Virgen? Le ha acaecido 4 Maria lo que menos esperaba: se creia indigna de ser sierva del Sefior, y es escogida por él para que sea — rh * . rm Halt @) Luc. cap. 3. v. 6. ; : ‘ -o Maria, que magis: dilexit, profundius suspiravit, yehementius desideravit; ipsa potius (quam omnes sancti) traxit, dicens; oseulétur ee — oris sui (Ricard. a 8. Laurent. Lib. 2. de Laudib.. Virgin. Op. zar mi muy pronto. Tie- ne Marfa siempre ‘fija su vista en las bellezas infinitas de dirige 4 su objeto amado! orando amargamente, y rogan- a aN s

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