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.. = 80 = que es dar la vida por sus amigos. (1) Y en efecto,dice el discfpulo amado, que hemos conocido el amor que Dios nos tiene,en que puso él su yida por nosotros; por consiguiente nosotros debemos poner nuestra vida por nuestros herma- nos. (2) ;Oh, con qué vehemencia ardian en gl corazon de Maria las Hamas de estos dos ‘mores! iQué estension tan inmensurable adquirieron! [Qué ef s tan admirables pro- dujeron! Desde el primer momento. e su existencia, @m que ya amaba al Sefior con mas ardor que todos los serafines juntos, contemplaba Marfa las perfecciones infinitas del Criador, y suspiraba su corazon porque todas las criaturas. lo glorificasen, y lo amasen todas aquellas que habian sido sacadas de la nada pata amarlo. Mas al ver que estas, léjos de consagrar 4 Dios los sentimientos y afectos del corazon, - los ponian en las criaturas, negando 4 Dios la gloria que _ le es debida, y adquiriéndose 4 si mismas una condenacion eterna, suspiraba dia y noche porque la luz de la gracia alumbrase las tinieblas de sus entendimientos, y participan- te del amor del corazon de su Hijjo hécia los hombres, derra- maba con compasion indecible abundantés J&grimas por los que sacrificaban 4 los placeres falaces de un momento los gozos inefables de la eternidad. (3) El Corazon de Marfa no tiene mas que dos aspiraciones, la gloria de Dios, y el bien de log hombres, y por espa- cio de quince afios vive en una alternativa de oracion fer- viente, de l4grimas amargas, de oe: de compasion, y de (1) Majorem hac dilectionem nemo habet, ut animam suam pons quis pro amicis suis. (Joan. cap. 15. v. 18.) ; - (2). 1! Joan. cap. 3. v. 16. (8) Particeps charitatis Jesu, miseratione multa plorabat, quos mor- ti wtern@ appropiare videbat. B. Amads:i Hom. 5 de Landib. Virgin,

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