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; ‘Topo Couh at varuuk Di j | MEDITAGION. Amor del corazon as Maria 4 la humanidad pecsdern: a — = ‘@ : Es tan intima la union que tienen entre sf el amor de # Dios y el del prdjimo, que no es posible que el primero ani 4 Le _ Mme nuestro corazon, sin que viva junto con él el segundo:. ia "-y son ‘tan semojantes _en su -“naturaleza y efectos que van — ‘a 5 - ereciendo en nuestras almas con proporciones iguales, sien- be do como una gran Iamarada, que saliendo de un mismo a centro impelido por una misma causa, seé divide en dos par- — en tes, una de las cuales sube hécia el cielo, derramandose | _ suavemente la otra sobre la tierra. Cuanto mas vehemente “gea la fuerza con que la primera vuela hacia su objeto, que Be es Dios, tanto mayor es la estension que toma la segunda, queriendo que esta llama vaya 4 tocar los corazones de to- “% aquellos que tienen impresa la im4gen del objeto ama- o. (1) ¥ duélele tanto al corazon enamorado de Dios la Rae siia de las criaturas hechas 4 su imagen, que por li- iP brarlas de la eterna desventura, no teme entregarse 4 toda is) clase de trabajos, y soportar con alegria todos lossacrificios, : 4 y aun llegar 4 la consumacion herdéica del amor fraternal, e . Hw £?? ; 4 Rf (1) Quanto aliquis magis diligit Deum, ‘tanto etiam magis ad proxi- fum dilectionem extendit. D. Thonf. 12 25 Quast. 25 art. 8.