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HISTORIA DE LA INSTITUCIÓN DE LA SAGRADA EUCA- RISTÍA, SEGÚN SAN MATEO Y el primer día de los Ázimos se llegaron los discípulos a Jesús y le dijeron : ¿En dónde quie- res que preparemos, para que comas la Pascua? (1). Y Jesús les dijo: Id a la ciudad a casa de cierta persona (2) y decidle : El Maestro dice : Mi tiem- po (3) se aproxima, en tu casa celebro la Pascua con mis discípulos. Los discípulos hicieron todo tal como Jesús les había mandado, y dispusieron la Pascua (4). Y ya atardecido (5) se sentó a la mesa con sus doce discípulos. Y estando comien- do les dijo: En verdad os digo que uno de vos- otros me ha de entregar. Y ellos muy entristeci- dos ; comenzó a decir cada uno : ¿Por ventura soy yo, Señor? Y Él les respondió: El que mete la mano conmigo en el plato, ése me entregará. El Hijo del hombre en verdad que se va, como está escrito ; pero ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre será entregado! más le valiera no haber nacido. Entonces preguntóle Judas, el que le entre- gó, diciendo : ¿Por ventura soy yo, Maestro? (6). (1) Es decir, el Cordero pascual. (2) Tal vez el Maestro no quiso decir el nombre del dueño de la casa, para que Judas no fuese allá a prenderlo. (3) O sea mi muerte. (4) Lo necesario para celebrar la Pascua. (5) Serían sobre las siete de la tarde. (6) Corazón duro, como el de todo hipócrita, era el de Judas; pues no se estremeció al oir la amenaza de Jesús, sino que, abusando de la bondad de su Maestro, tuvo auda- cia para preguntarle si era él el traidor.