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La tercera parte de los Improperios son himnos y cánticos a la santa Cruz, cánticos que consti- tuven actos de adoración y alabanza a la Cruz, aunque vayan incluídos entre los Improperios. La Misa de los Presantificados Llámase así la última parte de los oficios mati- nales del Viernes Santo porque en ella el sacer- dote celebrante comulga con la Hostia consagrada en la misa del Jueves Santo. Terminada la ado- ración de la santa Cruz y colocada en el altar (1), se traslada procesionalmente con gran solemnidad la Hostia Santa, que en el día de ayer recibió las adoraciones de los fieles en el Monumento, desde éste hasta el altar de los oficios donde el sacerdote la consume, observando un rito semejante a la Misa, pues recita, además del Pater noster, algunas ora- ciones del ofertorio y de la Comunión de la misa or- dinaria. En esta Misa del Viernes Santo no hay consagración, ni, por consiguiente, se consagra el Sanguíis, o sea, no se convierte el vino en Sangre de Cristo. Con esto terminan los oficios litúrgicos de este día. (1) Desde este momento y durante todo el día, no sólo los fieles, sino también los sacerdotes todos, cuando pasan por delante de la Cruz del altar principal deben hacerle reverencia doblando, hasta llegar al suelo, la rodilla derecha. Pues es digna la Cruz de todos nuestros respetos, muy par- ticularmente en este día, en que el Hijo de Dios nos redimió por ella.

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