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TRIDUO DE LA MUERTE DEL SEÑOR Desde Maitines de Tinieblas del Miércoles Santo hasta el Sábado Santo Maitines de Tinieblas Después del Domingo de Ramos nada de ex- traordinario ocurre, hasta el Miércoles Santo al atardecer, en que nuestra. Madre la Iglesia, cu- briéndose toda de luto y penitencia, aparece su- mergida en profundo dolor y tristeza para celebrar por tres días consecutivos la muerte de su celestial Esposo. En estos Oficios todo es lúgubrey triste. Bajo las bóvedas del templo ya no resuenan las melodías del canto de amor, el Gloria Patri...; a éstas suceden las voces llorosas de David y Je- remías. Ciertamente que si habéis reflexionado un poco, os habrán admirado ciertas ceremonias que tienen lugar en estos Oficios de tinieblas y aun, tal vez, os habréis preguntado: ¿Para qué se hace esto? Pues bien. A fin de que veáis que la Iglesia en la institución de sus ceremonias, aun las mínimas, obra muy sabiamente, sedme benévolos y dignaos