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— 128— La Misa Es la tercera parte de las funciones propias de este Domingo. Así como en la procesión de los ramos nuestrá Madre la Iglesia ha puesto a nues- tra consideración la divina Realeza de su divino Esposo Jesucristo, en esta tercera parte de los Oficios de este día nos muestra los sufrimientos de Cristo Jesús, no sólo para que los contemple- mos, sino también para que, animados con su ejemplo, llevemos con alegría la cruz que Dios nos haya destinado, para que, mediante ella, nos san- tifiquemos. Y así en la Epístola nos exhorta a que sintamos en nuestras almas las humillaciones y dolores de Jesucristo, y nos compenetremos con ellos. El Evangelio nos cuenta su dolorosa pasión y afrentosa muerte, por lo cual se le llama al Evangelio de este día el Passio. Para cantarla tiene la Iglesia desde hace muchos siglos una me- lodía especial. Debe ser cantada por tres diáconos o"sacerdotes vestidos de diácono. El primero hace el oficio de Cronista o narrador, y canta lo seña- lado con la letra roja C.; el segundo desempeña el papel de Anás, Pilatos y demás personajes que intervinieron en la Pasión; y el tercero hace las veces de Cristo, cantando lo indicado con una Hu. En las catedrales y otras iglesias donde hay bas- tantes cantores, éstos hacen el papel de turba o pueblo, cantando las frases pronunciadas por el pueblo judío y por los soldados. Al llegar el Cro-

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