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MISAL ROMANO TIT. III. 53 vo su origen en la Abadia de Cluny, en el si- glo X, pues el entonces Abad de la misma, San Odilon, did el Statum pro Defunctis en el que se ordenaba que en todos los Monasterios de la Congregacién de Cluny se celebrase un oficio con Misa solemne por Todos los Fieles Di- funtos en el dia 2 de Noviembre, éste oficio de- — bia ir precedido de las Visperas que se rezaban el dia anterior, después del oficio de Todos los Santos. Esta fiesta tuvo pronto acogida en todos los Monasterios; tanto mas, cuanto que en algu- nos como en los de Espajia se celebraba una Conmemoracién por los monjes difuntos, si bien al dia siguiente de la solemnidad de Pentecostés. - Entre el clero secular no tardé en seguirse este ejemplo, siendo tal vez la primera didécesis que le dié cabida en su Calendario, la de Lieja. Roma, prudente y reservada, para admitir fiestas ex- tranjeras, tard6 dos o mas siglos en adoptarla. El primer libro littirgico enel que se hace mencién de esta Conm2moracién, es en el Ordo Roma- nus XIV, del siglo XIV. Por espacio de nueve siglos la Conmemora- cién de Todos los Fieles Difuntos ha consistido en las Visperas, Maitines con Laudes y Misa, siendo un oficio extra ordinem diei, 0 sea, que no constituia oficio candénico, hasta que por la Bula «Divino Afflatu» del 1 de Noviembre de 1911, sele ha concedido la categoria de oficio canénico, siendo dotado, por consiguiente, de las