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6 otro que armonizar el ciclo del Propio de Tiempo con el propio de Santos, dandole el honor y lugar que en la Liturgia debe ocupar el Propio de Tiem- po, cual lo ocupé en fos siglos [V-VII sin dismi- nuir el culto de los Santos que tan gran incre- mento ha tomado particularmente desde el siglo XVI hasta nuestros dias. El ciclo de Propio de Tiempo es el mds impor- tante de los de la Liturgia Catélica y el que més influencia ejerce sobre nuestrasantificacién«pues- to que hace revivir constantemente en lalglesia Catélica y en el alma de los fieles todos los Mis- terios de nuestra Redencién y Santificacion. El es el Cristo, el Sol de Justicia y la Luz delmun- do que regula el curso de la vida cristiana, dis- tribuyendo los afios, marcando las estaciones y poniendo distincién entre las semanas y los dias, iluminando y dando calor al mundo de la gracia, asi como nuestro gran astro del dia regula nues- tra existencia terrestre, renovando sucesivamen- te las épocas y difundiendo por todas partes con el calor la vida y la fecundidad (1). - A hacer resplandecer este Divino Sol en todo su explendor en el bello cielo de la LiturgiaCa- télica a fin de que su influencia en la santifica- cién de las almas aparezca mds clara, va encami- 4 nada la reforma que gradualmente se est4 obran- do; del Breviario _y Misal Romanos, Reformas 4 () - Les Questions Liturgiques Ann. IT, pag, 340. 4 4

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