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sión al sur del río Cautín; no había escuela alguna para indígenas, cuyo número era de ciento veinte mil: de ellos 100,000 todavía paganos o salvajes; los 20,000 restantes eran cristianos. ¿Qué se debía, pues, hacer?... Debían confirmarse e instruirse en la fe los 20,000 cristianos, y convertir a la fe y a la cultura cristiana los otros. 100,000. Debía edu- carse la juventud en buenos colegios; debían fun- darse nuevas misiones más al corazón de la Arau- canía, y en ellas levantar gran número de escuelas. Qué se hizo”... ¿ Realizóse este vasto programa? ¿Han trabajado los misioneros capuchinos como las circunstancias lo pedían?... Juzgadlo vosotros. Aquí os doy los datos sin detenerme en detalles. Actualmente existen veintiún misiones: se han, pues, más que duplicado. En estos centros de in- tensivo trabajo civilizador se ocupan 32 Padres capuchinos, 22 Hermanos legos de la misma Or- den y 58 Hermanas de la Santa Cruz: éstas para la civilización de las niñas mapuches. Actualme:1- te funcionan Internados para niños en Puerto Saavedra, San José, Purulón, Panguipulli, Cun- co, Padre Las Casas, Villarrica, Boroa, Quila- cahuín y San Juan de la Costa. Internados para niñas indígenas en Puerto Saavedra, San José, Purulon, Villarrica, Boroa, Quilacahuín y San Juan de la Costa. En estos Internados edúcanse anualmente más de mil niños y niñas mapuches. Los niños reci- ben, además de la enseñanza literaria que pres- eriben los programas de instrucción primaria

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