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' Ñ ' o Ñ ' o 1. Las causas que han influido en su subsis- tencia, 2.” La conveniencia y el deber de procurar su desaparición, y 3.0 Los medios que se recomiendan para dicho objeto. Las millatunes o rogativas de los indígenas son lo que indica el nombre, unido a unos sacrificios con ceremonias tradicionales y variadas según los lugares, El ser a que se refiere este culto, no es Dios in- mortal e invisible, sino un ser imaginario que rige exclusivamente la suerte de los indígenas. De este dios de su raza no saben ellos nada en concreto, si no es que desea que se le hagan millatunes, y que en caso contrario, se disgusta y manda venir sobre ellos los males que temen: terremotos, erupciones volcánicas, escasez, salidas de ríos y mares. Se sacrifican vaquillas, toritos, potrillos, terne- ros escogidos y corderos, y hasta gallinas, y no faltan ofrendas de pan catuto y de chicha. El dios se contenta con el vaho de la sangre, el olor del asado y del pan; lo que se le pide es, ex- clusivamente, alejamiento de los males ya citados, y fecundidad y bienestar para la gente, los ani- males y los campos. Al hacer el meripin o sacerdote sus invocacio- nes, uno de los concurrentes sujeta en su mano,
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