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de do casi siempre el único recurso que tienen los misioneros para recabar del Gobierno que se haga justicia a los indios, y se paguen las sub- venciones decretadas para escuelas y asilos de indírenas sostenidos porlos misioneros, imposi- bilitados casi siempre de conseguirlas ante las miserables intrigas políticas y doctrinarias que hieren ciegamente los más vitales intereses, sin detenerse ante la muerte de la región donde ha- bitan los invencibles araucanos. La Sociedad Protectora de Indígenas, —- Vayan aquí ahora los nombres de las nobles damas queen el momento presente trabajan con santa abnegación en esta santa obra, y que es- tán dispuestas a todos los sacrificios para sos- tener los derechos de sus pupilos del Sur, los abandonados mapuches. El director de la Sociedad es, desde sus prin- cipios, el ilustre Prebendado Dean de la santa Iglesia Catedral señor don Buldomero Grossi: Presidenta es, en la actualidad una dama, digna hija de la fundadora, la señora Elisa Yrarráza- val de Eguiguren; Vice-presidenta la señorita Elena Fernández Jara, de varonil esfuerzo y te- nacidad admirable en favor de su obra: señoras y señoritas: Directoras Mercedes V. de Barros Luco,—Carolina 1. de Pereira.—María Vial de Echeverría, — Rosario Matte de Edwards.+—Luz P. de Correa.—Rosa E. de Fabres.—Ana Swin- burn de Jordán _—Carolina E, de Eguiguren.— M. Teresa Campino de Fernández.—Luz Larraín