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A 5 AS A II A A TEMA =310. P. Angel de Lonigo primer Prefecto Apostólico capuchino de la Araucanía visitó por primera vez la capital de la República para informaralos Poderes Públicos de la situación de los pobres mapuches e interesar a las autoridades eclesiás- ticas en favor de los pobres indígenas, tan aban- donados y desconocidos, suscitóse en todos un santo entusiasmo para ayudarles en la obra de evangelización. El Iltmo. señor don Valentín Valdivieso, de inmortal recuerdo, tomó a su cuenta encauzar el movimiento pro-Araucanía, y formóse la Sociedad Evangélica para recoger limosnas con que poder fundar nuevas estacio- nes de misión y sostener las antiguas (1). Cuando el tiempo y las vicisitudes anexas a toda obra humana enfriaron aquellos nobles en- tusiasmos, Dios N, Señor suscitó una mujer en cuyo corazón hallaron doloroso eco las quejas de los misioneros y de los pobres mapuches: fué ésta la señora Isabel Correa de Irarrázaval per- teneciente a una de las más distinguidas fami. lias de Chile, y que, al declararse en favor de la obra de las Misiones del Sur, organizó la que desde entonces se llama «Sociedad Protectora de indígenas de la Araucanía», floreciente toda- vía hoy con gran provecho de las misiones tan- to en el orden económico como en el social, sien- (1) Véase la Historia de las Misiones de los capuchinos en Chile y Argentina, editada en Santiago el año 1911 por el autor de estas líneas.

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