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meros emolumentos materiales provinieron del testamento hecho en favor de la misma por el Card, Antonio Barberini, capuchino: y poco des- pués pudo fundarse el Colegio de Misioneros de la Propaganda gracias u la munificencia del Cardenal Casini, capuchino también, quien tu- vO el consuelo de ver así asegurado el necesario plantel de apóstoles para la evangelización de los países infieles, Misioneros y mártires.—ls sumamente consolador poder afirmar que nuestra histo ria no tuvo solución decontinuidad en sus rela- ciones de origen y desarrollo con la Sda. Con- gregación: el apostolado franciscano, cuyos frutos podemos apreciar en Chile, y que tiene una brillante tradición en toda la América del Sur, es el mismo en las naciones todas de los otros con- tinentes. Los capuchinos han llevado envuelto en su tosco sayal el Evangelio y el nombre de Cristo a toda la tierra, enviados por la Sda, Congregación: han habitado y habitan todos los climas: han hablado todas las lenguas y han fecundado la tierra del Africa, como la de Amé.- rica, Asia y Oceanía con sudores y con sangre. Diez años después de fundada la Sda. Congre- gación, dos capuchinos franceses fueron sacrifi- cados al odio delos cismáticos en la Abisinia; eran los BB. Agatangelo y Casiano puestos ya en los altares. En 1865 el celebérrimo capuchi- no, Fr. Francisco de Pamplona, llamado en el siglo D, Tiburcio de Rodín, gran almirante de

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