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-19- ahinco la espléndida fábrica, sin omitir para ello ninguna clase de expensas, hasta dejarla casi concluida. El doctor Raimundo Andueza Pala– cio llevó la obra á su término y el general Joa– quín Crespo prestó también un valioso contin– gente en el pago de algunas de las deudas con que el venerable anciano quedó comprometido al fin de la jornada. Así surgió como por encan– to, en el breve plazo de dos años, el monumen– to magnífico dedicado á la Reina de los Angeles que la piadosa mente del PADRE ÜLEGARIO con– cibiera, monumento que es hoy una de las más bellas preseas que adornan á nuestra mariana ciudad de Caracas, monumento que podemos considerar como el excelso testimonio con que el Gobierno de .Venezuela, honrándose á sí mismo, honró la disciplina monástica al satisfacer los deseos de uno de sus eximios representantes. La iglesia de La Pastora fue inaugurada el 8 de se– tiembre de 1890, con grandiosa pompa que vino á ser nueva ovación á los méritos del digno frai– le; y este día tuvo su corazón gozo cumplido con el valioso presente que entonces recibiera de un preclaro hermano suyo en Religión, hasta quien había llegado la fama de su nombre y que quiso honrar en él el heroísmo de todos aquellos de quienes él fue entre nosotros el último resto : di– cho obsequiante era el R. P. José de Calasanz de Llevaneras, el egregio capuchino que hoy ilustra la púrpura romana con el nombre de cardenal Vives y Tutó, y constituía su regalo una colec– ción de Reliquias de Santos que podían servir