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DIA VIII. ANTES DE LA COMUNION. Jesucristo en la Eucaristia nuestro legis- lador. El Seftor es nuestro Legislador. Isai. cap. 33. vy. 22. PUNTO PRIMERO. Cuando nuestro divino Redentor instituyé el sa- crificio de la nueva ley, mud6é 4 un mismo tiempo el antiguo sacerdocio y la ley que habia sido dada al pueblo de Israel, por ser aquel en su totalidad, y ésta en gran parte, sombra de cosas roe que habian de venir algun dia. Por lo que salvados ya los hombres del cautiverio de la culpa, y redimidos con la sangre de Cristo, empezaban 4 vivir desde entonces, no bajo de la ley sino bei de la gracia, ‘ no gravitando ya tampoco sobre ellos aquel yuge pesado impuesto 4 un pueblo de cerviz dura, sino la carga suave y ligera que imponia Jesucristo. Y en efecto, el Sefior tenia prometido, * que habia de hacer una alianza nueva con los hombres, escribiendo su ley, no en tablas de piedra, sino en el corazon de cada uno, y no quiso se- pararse de ellos sin cumplir su promesa, y para lle- 1 Rom. cap. 6. y. 15.—* Jerem, cap. 31. v. 33.