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ae = de su criador, y no se llenaré de admiracion al yer la benignidad inefable de Dios, y la felicidad inex- plicable del hombre? Ah! ;Quién es el ee viene? ;Quién es el favore- cido con esta venida? El que estendié los cielos como un pergamino, y los matiz6 de estrellas para que fuesen su morada, : el que encierra la extension de los mares en la palma de la mano, = lleva la maquina del mundo en un dedo, y toca con él los montes y los hace temblar; » el que hace que 4 su paso se in- clinen los collados del mundo,¢ y obliga & que se en- corven debajo de él los que Uevan sobre si el orbe, § es quien se humilla y anonada por venir 4 visitar al hombre: al hombre que es como el heno del campo que hoy es, y maftana es arrojado en el horno de fue- go. * ;Podré una alma contemplar 4 su criador vi- niendo 4 fijar en ella la morada de su magestad in- finita, sin llenarse de temor santo, y sin encenderse en su amor? ;Podra aprestarse 4 recibirlo sin aspi- rar 4 tener tanta pureza como los cielos, para que no desdiga la habitacion, que el Rey de la gloria escoje por su bondad, de la que fabricé para manifestar su omnipotencia? Antes de recibir 4 tu criador, debes descender 4 la profundidad de tu nada, y considerar la bondad infinita de Dios en venir 4 unirse contigo, para que idas 4 este Dios amantisimo con toda humildad, que aga contigo lo que hacen los reyes de la tierra, cuando se dignan visitar 4 algun vasallo pobre, pues le preceden sus criados que asean la choza desman- 1 Psalm. 103. v. 2.—? Isai. 48. v, 12.—* Psalm. 143. v. 5.— 4 Hebr. cap. 3. v. 7.—§ Job. cap. 9. v. 13.—5 Isai. cap. 40. v. 6. Math. cap. 6. v. 30.
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