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cae que habia suspirado siempre por verse ya en ella. + Ah! Veia ya satisfechas las Ansias de su corazon, eden & punto de darse todo entero 4 cada uno de sus discipulos, y de entregarse 4 sus enemigos para morir por todos; y no obstante que su alma por razon de la union hipostética gozaba del bien sumo, y estaba toda embriagada en las inefables alegrias de la vision beatifica, tuvo en aquellos momentos cierta delectacion espiritual, y la manifesté dando gracias {su eterno Padre, porque habia llegado ya el momento suspirado de completar las obras de su infinita caridad.: {Qué entendimiento criado podra pensar lo que pasé en aquellos momentos en el alma del Redentor? Viendo esta como veia todas las cosas presentes, pa- sadas, y venideras en el Verbo divino, tenia entén- ces en su mente cuantos sacrificios se habian ofrecido & Dios desde el principio del mundo hasta aquella hora para aplacarlo, y viendo que se concluian ya los simbolos, y contemplando la innumerable muche- dumbre de hombres que se habian de santificar y salyar con los méritos del sacrificio que iba 4 hacer de si mismo, lleno del mas tierno afecto, dié gracias & su Padre. Y podemos pensar que no fué poco su com al ver tambien, que desde aquel momento los ombres pobres y desvalidos por naturaleza para elevarse 4 las cosas sobrenaturales, y destituidos de ae dignas de la magestad infinita, empezaban 4 una victima aul y un don sobrenatural, con el cual pudieran alabar al Sefior, quedando este complacido, y ellos santificados. 1 Luc. cap. 22. v. 15.—% Div. Thom. P. 3% quest, 81. art. 12. 4