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ee favor que has recibido de Jesucristo, pues siendo infinito su mérito y eterna su palabra, ha de ser eter- na la alianza que ha establecido entre su Padre, y cada uno de los hombres. Mas jcudnta no es la piedad de Dios! Para que por nuestra parte no se rompa esta ajanse amorosa, ha quitado de nosotros el corazon le piedra y nos ha dado uno de carne para escribir _, en él sus mandatos de amor, y para que siendo sen- sibles 4 tanta bondad, la correspondamos con agra- -decimiento y aseguremos nuestra dicha imperecedera. © 4Con qué confianza por tanto te has de acercar 4 Je- sucristo, sabiendo que el valor de sus méritos es infi- nito, y bastante para perdonar los pecados de todos los hombres de este mundo, y aun de mil millones de mundos que estuviesen poblades de pecadores? O ama- bilisimo Jesus, cuando la memoria de mis muchos pe- cados venga 4 llenarme de espanto y de terror por haber ofendido vuestra santidad infinita, acudiré lle- no de esperanza al sagrado taberndculo donde habi- tais, y los arrojaré todos en vuestra presencia, y mi corazon descansaré en vuestra misericordia. ;Ah! Dadme Sefior contricion para detestarlos, lagrimas = para llorarlos y gracia para no volverlos 4 cometer — jamfs.Asisea, = cP eae BS -eP Se ee _ MAXIMA. El pecado que mas injuria al Seiior, es el descon- fiar de su misericordia: Judas mismo habria alcan- | zado su salyacion, si no hubiera desesperado de ha~ llar perdon. i F

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