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— 312 — ble, por ser Hijo de Dios: mas, asi como cuando vivid en carne natural, no quiso tener grandezas humanas por ensefiarnos la humildad, asi tampoco ahora, que vive glorioso é inmortal en la Eucaristia, quiere que aparezcan 4 nuestros sentidos las glorias que lo ro- dean, de las cuales parece como que ha hecho abdi- cacion por nuestro amor. Pero aqui continua el ma- gisterio de Jesucristo: aqui se manifiesta sin cesar la . pobreza de espiritu, ensefiéndo 4 todos que el mérito verdadero del hombre y la dignidad del cristiano no se cifran en cosas exteriores, ni consisten en el resplandor del oro, 6 en el brillo de las piedras preciosas, 6 en la hermosura y el precio de los vestidos, sino em ser se- mejante 4 Dios por la praetica de las virtudes, pues esto nos grangea riquezas imperecederas, nobleza indefectible, y explendor que ha de durar tanto co- mo Dios. ;0 qué nobleza, qué excelencia,y que dig- nidad es la del cristiano! Jesucristo, que es el Verbo eterno, lo llama amigo suyo,’ y aun va mas alla, regalandolo con el titulo de hermano, * y dandole el nombre dulcisimo que los padres dan 4 sus hijos tiernos. » ;Ah! Ser amigo de Dios, hermano de Dios, é hijo tierno de Dios! ;Qué mas podemos desear? O amabilisimo Jesus, que siendo infinitamente rico, os hicisteis pobre por mi amor, no permitais que mi co- razon se vaya tras el oro, ni ponga yo mi esperanza en el dinero y los tesoros, sino que busque y halle mi gloria, mi honor, y mi dicha, y mis riquezas en vuestro amor. 2 Joan. cap. 15, v. 15.—? Thid. 20. v. 17.—* Mare. cap, 10. v. 24.

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