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— i DESPUES DE LA COMUNION. De la longanimidad de Jesucristo en la Eucaristia. . Compasivo y misericordioso es el Se- flor: de mucha espera, y muy misericor- dioso. Salm. 102. v. 8. PUNTO PRIMERO. Todas las palabras y acciones de Jesucristo lleva- ban siempre impreso el sello de la suavidad de senti- mientos y de la mansedumbre de corazon, que tanto lo caracterizaban, siendo aquellas mas notables cuan- do los pecadores se acercaban 4 su sagrada persona. Hablando de él el Profeta Isaias, habia dicho estas palabras, representando su persona: el espiritu del Se- fior sobre mi, porque me ungid, para medicinar d los contritos de corazon, y predicar remision d los cauti- vos. 1 Y no parece sino que los pueblos leian en el rostro y en las acciones y sentencias de Jesus, que él era este ungido del Sefior, pues cuantos se hallaban en alguna afliecion, acudian 4 61 en tropel en busca del‘alivio de sus males. Asi es, que sus mismos ene- migos que le seguian de cerca, armdndole lazos, y procurando cojerle en alguna palabra, para poderlo acusar, * no pudiendo sorprenderlo, ni acriminarlo en sus hechos, murmuraban de él, diciendo: este recibe d los pecadores, y come con ellos. s Pero ;O sa- bidurfa infinita del Seftor! La murmuracioft de los 1 Cap. 61. ¥. 1.—? Luc. cap. 11. v. 54.—* Ibid. cap. 15. ¥. 2.

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